<<Una puerta hexagonal de color lila; la invitación de Flor para vernos
en sueños. Bueno, mejor esto que mi pesadilla.
Al atravesarla estaba en una gruta oscura, el interior de una caverna. No,
una mina.
-Dulces sueños –Flor estaba de pie en medio de una vía. Un aura dorada
la rodeaba; en aquella oscuridad parecía como si la luz proviniese de su
interior, a través de la piel y los huesos (muy bonita, pero me recuerda todavía
más a una lamparita de noche). Volvía a ser un calco de la Cucaracha salvo por
esa mirada afilada y brillante. Y el translucido camisón de encaje (creo… que
intenta decirme algo… ¿debería leer entre líneas?).
-¿Y este sitio?
-Es el lugar en el que me mantuvieron hasta que Nicole llegó.
-Y estamos aquí por…
Frunció el ceño. –Elige tú el sitio si quieres.
-¿Puedo hacer eso? –automáticamente cerré los ojos y me concentré sin
esperar respuesta. Un soplo de aire fresco me trajo el embriagador aroma a
flores. Abrí los ojos, la gruta ahora era un campo lleno de hierbas doradas por
el verano y salpicado de flores. El viento era suave y mecía la vegetación y
nuestro pelo a su son, haciendo que la temperatura fuera casi fresca. Contemplé
minuciosamente cada una de las redondeadas lomas que había creado. Un río no
pasaba lejos, bordeando un castillo de piedra clara. En la otra dirección se
veían sólo unas lejanas montañas violetas recortadas contra el cielo. Y las
nubes, de tonos grises y ennegrecidos, dejaban claros celestes como parches.
-Te ves bien.
Me giré hacia Flor, ella aún no había echado siquiera un solo vistazo
al paisaje. Me miraba fijamente a mí.
-Dijiste que podía manipular el sueño, ¿no? –y eso hice, en todo, hasta
en mi aspecto: me había borrado cada una de las cicatrices y mi pierna había
vuelto, dejándome con el mismo aspecto que había tenido sólo unos meses atrás
(sexy, sexy, que ya estaba cansado de parecer un puto muñeco de trapo). Flor me
repasó de arriba abajo descaradamente. Iba descalzo, con unos pantalones negros
y una camisa de bandas verticales oscuras.
Le tendí una mano. –Vamos.
Me la aceptó sin dudar. -¿Dónde?
-¡Al picnic! –imposté el tono para que resonara malévolo y unos rayos
cruzaron el cielo. Pero se evaporaron en el acto a destornillarme con mi
ocurrencia. Me callé de golpe, aun estaba acelerado y nervioso, la imagen de
las pesadillas que Flor había interrumpido seguían rondándome por la cabeza y se negaba a
abandonarme.
La hice subir unos metros hasta la cima de la loma, donde un mantel y
una cestita nos esperaban. Muy típico, pero era un adicto televisivo.
-¿Qué es este sitio, un recuerdo tuyo? –mientras comíamos, Flor
finalmente había prestado atención al lugar (aunque primero tuvo que dejar de
comerme a mí con los ojos. Quizá demasiado; uno no sabe si sentirse incómodo o
halagado).
-He venido aquí de vacaciones un par de veces –dije metiéndome un
sándwich de crema de avellanas en la boca. Hasta la comida sabía bien.
-¿Y por qué lo has elegido?
Porque es en lo que me hace
pensar el olor de Nicole y al verte a ti con su imagen también lo he recordado.
-Me apetecía volver. ¿No te gusta?
-Es precioso. Gracias por traerme. Siento no poder llevarte a sitios
como este.
Fruncí el ceño, no me lo esperaba. –¿Y eso?
-He pasado casi toda mi vida prisionera en una caja de madera, de cueva
en templo. La mayor parte de mis recuerdos son de la oscuridad y, de vez en
cuando, las voces de los monjes que me rodeaban y “guardaban”.
-Qué sosería –de nuevo mi tacto brillaba por su ausencia, estaba
acostumbrándome demasiado al suero de la verdad o me hacía efecto incluso en
sueños (cualquiera es mala).
-Sí, precisamente por ello, ahora que poseo un cuerpo, quiero disfrutar
de la vida.
-Entiendo, pero dudo que Nicole vaya a dejarse dominar –después de todo,
ella estaba primero y eso no se le iba a olvidar (para una cabezota idealista
como es ella, el guardar turno tiene su importancia).
-Lo sé, por eso nuestro trato: mejor juntas y aliadas que juntas pero
enfrentadas. Aun así… -¿qué? Mi
instinto me dijo que se acercaba un tema chungo de tratar- ¿Tú a quién
prefieres…?
-Mierda, sí que era chungo –se me escapó en voz alta.
-¿Eh?
-Hay ciertas cosas que no se preguntan, ¿vale? –porque no me da la
gana de contestarlas y así nos evitamos estos aprietos.
-Nicole… -de repente, súper cabreada y ofendida, me empujó y, como era
un sueño que podía controlar, no sólo me hizo daño sino que ¡me tiró a un gruta
llena de fuego que se abrió para mí! ¡Qué hija de puta! Apagué las llamas antes
de que me chamuscaran: -¡Tú estás mal!
-¡¡Nicole no para de negar sus instintos biológicos hacia ti, de
intentar suprimirlos!! ¡Pero yo no, yo te deseo precisamente por las cosas que
haces! Aprecio que seas rencoroso y cruel, que sepas apartar los escrúpulos
para conseguirlo lo que quieres. El orgullo y la ambición son comportamientos
que los humanos alientan e, incompresiblemente, denigran al mismo tiempo, no
entiendo el porqué. Yo no soy tan incongruente como los humanos, sé lo que se
necesita para ser un rey-dios… –me agarró por los antebrazos. Empezó a
inclinarse hacia mí como si fuera a besarme-. Si solo me quisieras de alguna
manera a mí… -volvió a apartarse bruscamente, estaba aprendiendo mucho de la
teatralidad.
-Te estás pasando. Claro que te quiero. Nicole y tú sois distintas y os
quiero distinto, nada más.
-¿Pero a cuál más? ¿Polinizarías a lo mamífero conmigo si no ocupara el
cuerpo de ella?
-¿¡Qué!? –tuve que contenerme para no descojonarme de la risa, precisamente
por estas cosas me hacía tanta gracia hablar con Flor (es reírte o llorar).
-¿Quién te despierta más el instinto reproductivo a medio y largo
plazo, ella o yo? – qué muchacha más explícita, diría que me está preguntando a
cuál amo.
-… Más o menos.
-¿Más o menos?
-¿¡Qué más da!?
-Me es de interés saberlo ya que he descubierto nuevos planos de
orgullo que satisfacer. Y esa Guardiana no durará mucho.
-No irás a hacerle nada malo a Lena, ¿no?
Frunció los labios. –Nicole es aceptable, aunque sea una humana y yo
desee la muerte o esclavitud de todos los humanos por hacerme caer en
desgracia, ella tiene virtudes que aprecio y su compañía se ha vuelto grata.
Además, me gusta su cuerpo y ha aceptado no incordiarme más de lo debido si yo
hago lo mismo y eso lo respeto. Con ella casi podría compartirte porque seremos
la misma al final. ¿Pero esa Guardiana…? –puso una mueca.
-Si estás tan dispuesta a compartirme con Nicole, ¿por qué esa obstinación
por saber a cuál prefiero?
Guardó silencio, pensando hasta que tras su altivez se distinguió un
brillo de desconcierto y derrota. –Este nuevo cuerpo al que estoy atada es muy
contradictorio, sus instintos y sustancias químicas… son también muy distintas a
las que producía en mi antigua forma. Temo, son más poderosas de lo que
estimaba desde mi anterior punto de vista. Nicole dice que “me dejo llevar” por
ellas. Son extrañas, exigen ciertas cosas como necesidades, como verdades
absolutas que han de cumplirse. Son tan fuertes que han de ser ciertas, ¿por
qué si no iban a existir? La evolución ha perpetuado estas incoherencias en los
mamíferos y he de decir que me gustan más de lo que creí. Por eso sé que la
Guardiana no durará mucho como tu pareja de cortejo pre-reproductivo y que yo
jamás dejaré de manifestar estas reacciones por ti, que mis sentimientos son
tan poderos que al final te doblegarás a ellos y me amarás tanto como yo porque
más es imposible que alguien pueda hacerlo.
¿Incómodo o halagado? Muy, muy incómodo: suena como si fuera a raptarme
y encerrarme en un calabozo hasta que acepte amarla (¡como para decirle que
no!). ¿Pero con qué gente me junto yo (al parecer sólo con tarados y cansinos)?
Ya no tengo problemas amorosos solamente con mi novia, ¡yuju..!>>
***
Debió pasar medio día hasta que
me encontré de nuevo con la Cucaracha-Floreada (y menudo reencuentro).
-¿Qué es eso de que vas a morir?
Me giré hacia la Cucaracha (como
de costumbre, aparece con una de sus entraditas dramáticas, si es que no
cambia…). Tenía los ojos brillantes y los nervios evidentemente desquiciados.
Un escalofrío de adrenalina y terror me recorrió el espinazo. ¿Se había
enterado de mi condena? ¿Cómo? Aún no era pública.
-Me lo dijo Robert, no lo mentiré
-¿CÓMO COÑO LO SABE ESE MINDUNDI?
ENCHUFADO, NIÑO DE PAPA-. No es momento para que pongas en duda la fuente o
sus credenciales; necesito que me digas si es verdad. ¿Te estás muriéndome? Por
favor, dime la verdad –por supuesto, no quería oírlo.
Me aguanté un gran suspiro, aún
no tenía del todo escrito este diálogo (aún estaba con la fase de borrador,
‘ditasea)
Un momento. ¿MuriendoME, o sea, a
mí mismo? Bueno… hay una cierta intervención exterior… Por ejemplo el verdugo
que me seccionará el cráneo del resto del cuerpo. -¿Qué es lo que te ha
contado? -La analicé mirándolas con los ojos entrecerrados.
-Siempre que hay Luz de por
medio, los demonios mueren. Sólo hay una mínima posibilidad de salvación y es
que sólo te roce por fuera -alzó sus manos quemadas y vendadas- como a mí. –La
voz empezó a temblarle- Pero que en tu caso fue demasiado tarde desde el mismo
instante en que Dande te disparó esa bala llena de Luz –en realidad fueron más de una (5)-. Poco a poco, tu cuerpo se irá
desintegrando hasta que mueras; será doloroso y estarás consciente la mayor
parte del proceso. Por eso a los jefes de los Guardianes les trae sin cuidado
que pasees por las instalaciones de la Academia… Saben que no llegaras con vida
a la fecha de tu juicio y, mientras te mueres, lo primero que pierdes son los
poderes. ¿Es eso cierto?
Nos aguantamos la mirada. Su
respiración era sonora, mucho, casi parecía reverberar en las paredes de la
habitación. Sentía retumbar sus latidos de angustia por el suelo, subiendo
hasta chocar con los míos, infinitamente más comedidos.
Una abertura a los infiernos se
produjo en ese maravilloso momento, acompañado por el canto infernal de las
guitarras eléctricas: NO SABE NADA DE MI
SENTENCIA A MUERTE DEL PRE-JUICIO. ¡De la que me he librado!
-…Es cierto, es lo que pasa con
los demonios (prácticamente siempre, no hay esperanza. La Luz es todo lo
contrario a la vida)…
Salvo que yo soy un maldito bichoraro y resulta que la Luz ni siquiera
me deja cicatrices porque soy medio Guardián; un secreto muy secreto, así
que no lo contéis por nada del mundo, mis queridos lectores (o iré a cerraros
el pico). Pero eso, queridos, era algo que ni la Cucaracha-Floreada ni nadie
tenía porqué enterarse.
Ya dejo de bailar samba mental y
paso a explicaros porqué mi alegría. Una cosa es que no se pueda hacer nada
para salvarme y otra muy distinta que yo no deje que hagan nada para
salvarme (porque lo último es una especie de suicidio en plan cobarde). Esto es
genial: si hubiera sabido sobre mi elección (plan cobarde), la Cucaracha
estaría llena de esperanzas, presionándome para que encontrarse algo por lo que
luchar y blabla, bla... ¡Pero contra la natura no puede hacerse nada! Y ellas
lo saben, eso pueden aceptarlo (tendrán que tragarse el orgullo sí o sí). No
sólo eso, sino que hasta les parecerá bien si accedo a que me decapiten los
Guardianes con la excusa de no sufrir el dolor de las últimas fases (las cuales
en realidad yo (especial de mí) no llegaré a tener nunca, como ya he explicado,
pero vosotros: ssh). Y hasta entonces se pondrá tierna y complaciente. Vale,
sí, sé perfectamente que en cualquiera de los dos caminos sería pesada y
sentimentaloide, es lógico viniendo la Cucaracha-Floreada, ¡pero en comparación,
este camino está lleno de ventajas! Uf, qué mal me han hecho los antidepresivos
y analgésicos, mira que no ocurrírseme antes.
Alentar esa equivocación sobre mi
salud física era la mejor decisión que había tomado.
Ya sabía que los Guardianes
estaban equivocados y me infravaloraban. El único que había llegado a descubrir
sobre mis “cualidades” había sido el Dr. Dande y ya me había encargado de
dejarlo comatoso y destruir sus informes para que no pudiera contarlo a nadie
(eficiencia ante todo). Contaba con esa carta bajo la manga (creen que muero de
un veneno al que soy inmune). Era mejor que me tuvieran pena, podía
aprovecharme de ella. ¿Por qué os creéis que Lena está conmigo pudiendo elegir
a el-que-se-hace-el-héroe? Porque me da por difunto y no quiere desaprovechar
la oportunidad de haber estado conmigo antes de que eso ocurra, OBVIO.
Pero Lena no estaba aquí, solo
Nicole, Flor y yo (que por cierto, las he dejado muy colgadas mientras daba
esta explicación. Uish, qué fallo).
-No puedes morirte –creo que
llevaba un rato diciendo eso para sí. Una lágrima le corrió por la mejilla y
supe que no habría modo de pararla (con la gracia que me hacen a mí los
llantos…).- Pensaba que estabas mejorando, que te curarías. ¿Estabas fingiendo?
Oh, Dios… Estúpido, ¿por qué te haces el fuerte con lo que debes estar pasando?
¡Te estás pudriendo por dentro por esa Luz!-caminó hasta mí. Fue a rodearme el
cuello con los brazos, pero dudó porque temía hacerme daño. Al final apoyó las
manos en mi pecho de forma superficial al mismo tiempo que me plantaba un beso
en la boca.
Esta era la oportunidad que
estaba esperando, el cómo conseguir a las dos chicas a la vez sin ser yo el
malo.
Pero tenía que dejarlo muy claro:
-¿Y lo que dijiste a Lena? –puse cara de “no quiero que te traiciones a ti
misma presionando para que rompas tus propias promesas, pues temo que te
hiciera daño emocional, etc. De no haber sido por ese impedimento, yo mismo
hubiera intentado que esto pasara antes, pero me importabas y te tenía demasiado
respecto para ello”.
-Me importa una mierda lo que
dije. ¡Esto es distinto! Prometí quitarme de en medio para que vivieseis
felices porque guardaba la esperanza de que dentro de unos años cambiases de
idea. Pero eso no vale nada si no vas a vivir más que unos meses. Nosotras te
necesitamos, aunque sea solo ese tiempo.
Y ahí estaba mi carta blanca: tenía
permiso para aprovecharme con total impunidad.
Le pasé una mano por la espalda.
Y otra por la nuca.
Era un beso precipitado, torpe y
con sabor a salitre. Pero no me importaba. La Cucaracha Floreada estaba
demasiado alterada como para esperar un buen beso, bastaba con que me lo
estuviera dando.
-¿Sonríes?
-¿Por qué no iba a hacerlo?
Estáis aquí. -Le aparté el pelo de la cara con cuidado. Tenía unos ojos
preciosos, color chocolate. Me costaría renunciar a esto.
***
Por el camino me encontré con
el-que-se-hace-el-héroe (gracias a Lucifer bendito no se percató de que venía
del cuarto de la Cucaracha-Floreada). En lugar de ponerme cara de asco y seguir
con su camino, me dijo alguna cosa. Total, que empezamos a hablar, bueno, a
discutir. No me acuerdo del qué, sólo que al cabo de un rato me di cuenta
de que me estaba hablando en un idioma raro (alemán o así) y cuando le dije que
parara me respondió que yo había empezado en ese idioma (¡qué tontería, si yo
no sé alemán!). No me acuerdo qué más… ¡ah, sí, claro, el típico “aléjate de Lena
o te romperé la pierna que te queda”! Ya me acuerdo (es que la mitad de la
conversación fueron gruñidos, así que imagina el nivel que tuvo).
Lo miré pensando cómo sacarle la
columna vertebral mientras seguía vivo. –¿Ahora te das cuenta de tus
sentimientos? Llegas muchos (11 para concretar más) años tarde. Y te recuerdo
que ella me ha estado esperando A MÍ todos ellos.
-¡Tú estuviste ignorándola desde
que llegaste, lo sabías pero no le dijiste nada porque ella no te importa, si
te hubiese importado hubieras luchado más! ¡Hubieses buscado la forma de que te
recordara, pero estabas más preocupado por tu propia comodidad!
Eso no podía negárselo, ¡PERO SÍ
IGNORARLO!: -Pero ahora sí. Y ella está encantada y enamorada, pensando en
bodas y en tener a mis hijos –chúpate esa, gallito.
-Tú ya estás casado.
-¿Y (eso fue un matrimonio de
conveniencia, todos lo saben)? Y hablado de pasar de Lena, ¿no ha estado ella
coladita por ti desde la Academia? Pero tú ignorándola, dejándola siempre en la
friendzone, te encantaba tenerla de
cojín para tu ego mientras tonteabas con todas las demás, ¿no? Solo la quieres
ahora porque se ha enamorado de mí y no puedes asumir que sea preferible a ti.
Ahora ya es muy tarde, patán, tú mismo te lo has buscado, así que apechuga.
Y ese fue mi momento elegido para
irme a la pata coja de allí. El nivel de sangre por las venas de su cuello era
un maravilloso indicador de cuándo el-que-se-hace-el-héroe iba a perder los
estribos (traducción: te iba a dejar como un pudin).
***
-Lena…
La interpelada elevó la mirada. Era
muy fácil de encontrar: si no estaba fuera en una misión y no era hora del
rezo, es que se encontraba practicando con el arco o en la sala de música. Ahogué
una risa al comprobar que aun tenía el pelo húmedo tras la ducha y se inclinaba
sobre el estuche de su violín para sacarlo. Era constante y entregada, eso se
lo reconozco, pero también de ideas muy cerradas.
Me apartó la mirada rápidamente.
Suspiré. –Creo que deberíamos
hablar –di un paso dentro de la habitación. Lena no me contestó, de modo que
tomé asiento junto al piano-. Estás enfadada por cómo te traté –ella cambió el
peso de una pierna a otra con una ligera mueca en el rostro-. Somos personas
distintas y yo no consideré importante lo que dije; no estaba enfadado, sólo
intentando concentrarme en el dialogo de la telenovela. ¿Crees que doy más
importancia a una serie que a ti? Lena, no puedes (ni tú ni nadie) compararte
con una telenovela (los parámetros para mediros serían muy distintos). Gin te
dijo que sigo tomando (porque me obligan, los muy capullos metomentodo) el
suero de la verdad (lo odio, lo odio, ya tengo suficientes drogas en el cuerpo
y voces en la cabeza), así que también sabes que hablo en serio. –Agaché la
cabeza. Ella se mantenía en pie, incómoda, sin mirarme. Puede que pensando lo
que me diría, pero al final no lo haría; antes echaría a correr lejos de mí por
culpa de esa maldita timidez que la dominaba.
Este sería el momento en que yo
debería levantarme, rodearla con mis brazos y, con un tierno beso, pedirle que
me perdonaba. Pero no me moví, estaba muy cansado: la pierna y las costillas
rotas pesaban como si tuviera yunques atados a los huesos. ¿Por qué no podía
ser ella la que se humillara e hiciera todo el trabajo por una vez? Yo era el
enfermo, no me parecía justo tener que ser el pilar de la relación, quién
soportara el peso de todo.
Las conspiración en mi cabeza
empezaron ora vez.
Tal vez debería decirle que se
fuera con Robert (a ver si ese cazurro egoísta la sabía tratar mejor). Yo
podría refugiarme en los brazos de la Cucaracha el tiempo que me quedase de
vida, podría convencerla para que no le importase que nos vieran en público y
la consideraran mi segundo plato. ¿Por qué no? La Cucaracha-Floreada era
cariñosa y le encantaba hacerse la heroína y rescatarme; eran entretenidas y me
querían con mis extravagancias, incluso con mis crueldades, y prácticamente ya
habían renunciado a su orgullo por amor. No era un mal plan.
-Aunque siempre ha estado
implícito, Lena, nunca te he dicho con palabras que tú fuiste mi primer amor.
Ese… sentimiento… nunca se fue del todo… Yo, humm –empecé a dudar, no estaba
seguro de lo que quería decir. Toqué algunas teclas del piano al azar. –Supongo
que te habrás imaginado más de una vez cómo podría haber sido nuestra vida
juntos si… -si Dande no hubiera
experimentado con los dos; pero ése era un tema muy espinoso como para
tocarlo- nunca… nos hubiéramos separado en ese momento, si podríamos haber
llegado a ser felices –mis dedos siguieron arrancándole lánguidamente notas al
instrumento-. Aunque ya no se puede cambiar nada, a veces me pregunto qué
podríamos cambiar ahora…
-Mi madre… S-si mi madre… no… Si
siguiera… viva… E-ella nos hubiera dejado… casarnos… Si esos vampiros no la
hubiesen… -se le estranguló la voz. Cuando era pequeña unos vampiros habían
entrado en su casa y asesinado a su madre, sus hermanos y los criados; a todos
en la casa salvo a ella. Desde entonces guardaba terror y odio a esas
criaturas- entonces, puede que mi padre no hubiese venido de nuevo a casa… y no
nos hubiera separado.
-Tu madre hubiese muerto de todas
formas, puede que unos años más tarde, pero poco importa: su salud era muy
débil. Hablo de cosas realistas, que de verdad se puedan cambiar, ¡no de
fantasías! –me mordí la lengua, literalmente, y respiré hondo. Te has pasado; lo sabía perfectamente-.
Perdona…
Lena salió dando un portazo.
Suspiré. Mis dedos seguían
jugando a ser pianista. El pensamiento en el que había decido concentrarme
aquel día para no pensar en “cosas” resurgió: ¿por qué mi vida no tenía una
banda sonora de fondo? Eso estaría bien. Animaría un poco este absurdo y
cansino drama.
¡Oh, pero qué puta mierda, realmente
estoy harto de este culebrón y de hacerme el mártir que lloriquea! ¡¿El Destino
quiere drama?! LO TENDRÁ.
Abrí la puerta. Lena aun no se
había alejado lo suficiente como para que no pudiera agarrarla. Tiré de ella
dentro de la habitación y cerré de un portazo.
-¡Suéltame!
-No, porque no tengo ganas de que
te vayas corriendo sin decirme el por qué. Me gustaría que al menos intentaras
inventarte una buena excusa, pero te largarás y te pasarás las próximas dos
semanas repeliéndome como mínimo. Y me temo que no es nada especialmente
agradable.
-Pero es que…
-¿Qué?
-¡Suéltame!
-NO. Lloriquear como una cría no
hará que me apiade de ti –Me acerqué tanto que quedé sobre ella.
Mis dedos se deslizaron por su
cuello, más como una evidente amenaza en vez de un gesto cariñoso.
Mierda, Alec, las manías relucen; me recordé. Sigue así y la profecía del Canijo Llorón se cumplirá.
La solté y me dejé caer en el
sillín del piano, con la cabeza entre las manos, intentando calmarme. ¿¡Pero
por qué tenía que calmarme cuando deseaba tanto explotar, sólo porque era
sensato!?
Yo lo que quería era echar a
correr para no tener que hablar de estas estupideces como hacía ella, pero me
daba tanta rabia que ella pudiese hacerlo impunemente y yo no, que deseaba obligarla
a hablar solo por despecho. No, no estaba siendo un buen novio, ¿de qué me
sorprendía?
Me temblaba el cuerpo. No sabía
qué hacer, cómo arreglarlo ni si quería hacerlo pues mi orgullo ganaba terreno.
Me sentía… mal, asustado. Mareado, enfermo. Los pensamientos confusos,
alterados. Este tipo de adrenalina no me gustaba, no sabía cómo descargarla sin
ser destructivo. Se me descontrolaba si intentaba reprimirla y dejarla a parte.
-Co-constance… era una buena
mujer –intenté tontamente volver a un tema que Lena fuese a escuchar, sólo por
tener algo que decir-. Dulce y siempre alegre. Pero muy joven… y muy frágil.
Tenía dieciséis años cuando se casó. No debería haberlo hecho, ¿sabes? Dande…
él era… -mi mente tomaba rumbos raros-. Era… Dande era… -Intenté recular pero
me empujaba a través de la neblina hacia los recuerdos extraídos de la cabeza
de Dande. No sólo sus proyectos, si no la vida que rodeó estos; no es fácil
seleccionar los recuerdos que deseas y siempre venían cargados de un “añadido
sorpresa”-: Yo era…
La madre que te parió!! ò.ó que capítulo más.intenso!! Me.costaba hasta.respirar.mientras leía XD.porque eres tan ahdhdhsgf eh?! Dime a ver el.porqué. Sé que Alec.tiene.muchos traumas y recuerdos.que exorcizar de su mente para estar.consigo mismo en paz (si eso puede ser que sé que no XD.xq.le.querríamos.igual) o.con.los.demás, cosa.que no veo muy factible.si seguimos la.línea de la.historia hasta el momento, que el chaval ya las ha pasado putas.
ResponderEliminarSi no vas a.dejarle con Lena, dale.tregua con Nicole/.Flor porqué me destroza.verlos.así.a.todos (Menudo drama tiene.el.pobre.mushasho ;_____;).
Bueno que ante.todo espero seguir leyendote, porque habrá continuación no?!!! Ya sabes.que las conspiraciones.me sientan de.vicio; no me hagas ponerme mala ;)
Tuya en el fanatismo, Gamba-Girl N#1 fan
Uhhhhh alec se va al camino del mal.. uuuuhhhhhh......
ResponderEliminarT.T Me dan pena ambas chicas... pero.. SI HUBIERA ESTADO CAMPBEL!! D:
aGH.. ESTO SE ESTA Complicando ê.e no, no me gusta esto D: jajajajaja por eso odio los triángulos amorosos (más que nada ninguna pretendienta me gusta ê.e ajajajajja)
La verdad que me encanta la manera en que narras todo esto expresando adecuadamente los sentimientos de los personajes... Eso nos hace que nos metamos más en el marrón de ellos ajajaja ^^ Pero me gusta :D ¡YO SIN DUDA ELIJO A FLORECILLA! >///<
Pues a tomar por culo. *Se tira por la ventana*
ResponderEliminar¿¿¿¿¿¿¿¿¿QUE TE PASA ALEC??????????? ¡¡¡¡¡SI NO QUIERES A LENA, SI QUIERES TANTO A LA CUCARACHA COMO DICES VETE CON ELLA Y DEJA A LENA DE UNA VEZ!!!!! Pero a dos bandas no joder, A DOS BANDAS NO ES LA COSA MÁS REPUGNANTE. EN SERIO ES ALGO QUE ME SACA DE QUICIO PORQUE ME LO HAN HECHO DOS VECES YA Y NO LO SOPORTO SDKJGBJKDNGKJANSGJKADNGHJSLNRHKGJSDNKGJSD
A estas alturas, la única realmente buena para alec es Camp. Flor me gusta como personaje, pero es una posesiva y pirada. Nicole. NICOLE LA MANDO AL MALDITO INFIERNO YA MISMO, DIOS, LA ODIO CADA VEZ MÁS. Y Lena..me da pena. Me da muchísima pena. Quiero verla feliz...con un chico que la haga feliz..ya me da igual quien...solo quiero que sea tan feliz como merece después de todo lo que le ha pasado...y Alec no es suficiente. Rob. ROB. Sigo por Rob.
ROBERT ME SIGUE TENIENDO ENAMORA-Shhhh,mecallomecallo.
Y WTF con los recuerdos de Alec, eso fue muy raro. ¿Alec es Dande? Por un momento lo pensé JAJAJAJJAJA Nono supongo que con los experimentos le habrá pasado algún recuerdo o algo