viernes, 30 de septiembre de 2011

Encantamiento 45, 2ª parte: Hipócritas de usar y tirar.


Me solté de la mano de Nicole de un tirón sin ningún miramiento.
Sí, hubiera quedado muy bien eso de que Nicole se fuera conmigo de la mano, super maravillosa hacía el amanecer, imagen de poderío y tal y cual. Genial para ella. Pero el problema es que me daba cuenta perfectamente de que aquella situación solo podía ir a peor. Tenía que salir cómo fuese de aquel triángulo amoroso o lo-qué-fuera en la que había acabado enredado antes de que me sobrepasara y las consecuencias terminaran por salpicarme en el mejor de los casos si es que conseguía no acabar de mierda hasta el cuello.
-No me metáis a mí en esto –corte los gritos sin sentido que se lanzaban entre ellos y al cielo con la voz gélida-. Yo no tengo nada que ver en vuestros problemas de parejita, así que dejadme tranquilo. –Levanté las manos al cielo en señal de rendición- ¿Sabéis? –me salió cierto tono de asco y desesperación- . Hasta hacéis buena pareja; esta es la segunda vez que la Cucaracha me usa para dar celos a otros hombres (aunque me parezca perfecto si el que se cabrea es Robert, eso siempre es divertido de ver) y este de aquí me usa para autoafirmarse en que es un “héroe” y todo un macho… ¡Patetismo al poder! Y después yo soy el repugnante. ¡Yo no soy de usar y tirar! –les espeté a punto de perder yo también los nervios; mi plan tenía que salir, me estaba jugando otro nuevo puñetazo.
-¿Qué coño dices? –la furia del-que-se-hace-el-héroe se redirigió hacia mí, conmigo no tenía reparos que lo obligaran a contenerse (ostia en 3, 2…).
-Pues lo que oyes: la pura verdad –me crucé de brazos, no iba a dar mi brazo a torcer (aunque puede que acabe con la nariz y algún otro segmento corporal menos recto que antes)-. Ni tu chica es tan perfecta como se empeña en demostrar, ni tú eres tan valiente… -Robert chirrió los dientes. No sé si se enfadaba por lo que decía de él o lo que decía de su preciosa amada, lo mismo solo se enfadaba por enfadarse. Supe que era el momento, tenía que empezar a hacer daño. Tuve que reprimir una sonrisa macabra, pues hacía tiempo que no disparaba a matar-: Por favor, Robert… que te pases la vida intentando demostrar que eres mejor que nadie solo demuestra que tienes una gran inseguridad; es de manual, ¡se nota con solo mirarte! Te has empeñado en ser el “Héroe Salvador” que protege al bien y a los inocentes y blablabla, pero es todo fachada… Eres el que más acojonado está de todos, que ya es decir. Y como necesitas tantas reafirmaciones para mantener tu enorme ego, te está matando que ella no te elija de una vez –según la profecía, él héroe debe liarse con la Cucaracha; que arcadas da semejante imagen-. Pero bueno, ¿qué esperas? Si no se entiende ni ella -mi tono destilaba cierto pesar y condescendencia que hincharon las venas de su cuello. Yo estaba relajado, la ira de Robert ya no me asustaba y de hecho me aburría; era como un crío chico que solo sabe romper las cosas cuando le entra una rabieta. Miré de refilón a la Cucaracha; tenía los puños apretados y con la cabeza gacha hacia el suelo, el pelo no me dejaba verle la expresión. El plan, aparte de ofuscarlos para que no se me acercaran, era buscarles un enemigo común (yo) para que dejaran de discutir entre ellos y pudiéramos irnos de allí (¡que yo no sé conducir, coñe, odio esta dependencia!); pero el único con ganas de eso era Robert (cómo no…). Ya estaba abriendo la boca-. Vas a insultarme –llegué a la conclusión derrotado por la morriña. Me di la vuelta como si nada y empecé a andar colina abajo.
Que pasara de su cara le sentó como un tiro, a él que estaba acostumbrado a que le aplaudieran hasta cuando se sonaba los mocos. Paso de él, es demasiado repetitivo y no tengo ningunas ganas de seguirle el juego, así que no lo pienso hacer.
Ya haría autostop o cualquier cosa de esas, podía apañármelas solo.
Nicole me siguió. Me sorprendí al ver que se ponía a mi altura descendiendo entre las casa improvisadas de chapa.
-¿Vas a retirar lo que has dicho?
Alcé una ceja. –No.
Aguantó en silencio sin levantar la mirada. Robert se harto en menos de tres segundos.
-¡Eres un auténtico mentiroso y..!
-Que te calles, joder, ¿tan difícil es de entender? –en ese momento la voz se le quebró a la Cucaracha y dio hasta pena. Tomó aire, al borde de un ataque de nervios.-Vayamos en la moto –seguía teniendo la cara tapada por la nube de rizos y le salía un tono muy raro; su imagen de mujer autosuficiente y fuerte tirada por tierra a las primeras de cambio (al menos sigue molando cómo le da cortes al-que-se-hace-el-héroe). Debería darle unas palmaditas en la espalda o algo parecido para que se calme; pensé sin darme cuenta-. Si vas conmigo habrá menos posibilidades de que os peleéis y acabéis despeñándoos por cualquier barranco.
La miré unos segundos más en silencio y asentí. Después de que Nicole volviera a mandar a la mierda al-que-se-hace-el-héroe logró que no nos volviera a seguir (MILAGRO, es que aún no me lo creo).
Daba la impresión de que mis actos solo habían conseguido crear más la cizaña, pero me percaté enseguida de lo que había logrado. ¿Que de qué hablo?
Humm, sigo siendo un adorable cabronazo, así que dejaré que lo adivinéis vosotros. ¿O quién sabe? A lo mejor voy de farol. Tendréis que aguantaros y seguir leyendo hasta que me digne a admitirlo…

3 comentarios:

  1. uyuyuyu lo que se cuece aquí va a ser fino!! XDD Me parece que al pobre, borde y adorable de alec le van a caer mas leches!! XDDDD Genial para no variar ;3

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  2. Mmmmm.... Siempre dejandonos con teorías rondando por nuestras cabezas.
    Me encanta cómo ha saltado Alec soltando toda la verdad sin más miramientos. ¿Y la cucaracha? ME parece una tía bastante maja.
    ¡Sigue pronto!

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  3. Primero Nicole, luego Alec... madre mia. Como se pone esto xDDD!! Ya de paso hasta me apuntaría yo a decirle un par de cosas.
    Habrá que verlos, vestidos como gitanos, llenos de mierda(XD, heridos, despeinados... A este paso pensarán que se han escapado de un manicomio.
    (Nicole lo parecería con Flor...)

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