lunes, 18 de julio de 2011

Encantamiento 37: irse a la mierda en no más de cinco minutos.

El portal era una maravilla. Ni mareaba en exceso ni nada.
En cuanto fue posible nos fuimos sin perder más tiempo. Me sorprendió bastante el gesto que hizo Colyn al prometerme que cuidaría de que a Campbell no le pasara nada hasta que yo reapareciera, pero lo acepté.
Fue posar los pies junto a la antena de retransmisiones y una bola de fuego iluminó la ciudad a lo lejos. El edificio ya había sido destruido; una cosa menos.
Me sentía pesado, pero evitaba al máximo pensar en lo que pasó con Lena.
Empezamos a provocar cortocircuitos y derrumbamientos alegremente para que pareciera un poco más causal (aunque sigue sin serlo ni por asomo). Al final, Nicole fue una gran ayuda, porque a Ikon y a mí todas las antenas nos parecían iguales.
Se nos hizo medio día con la tontería.
Al final llegamos al edificio del Canal 7, donde Nicole trabajaba.
-Podemos bajar y destruir mis archivos. Será un momento; me llevo el disco duro y listo. Si vemos que hay gente lo dejamos.
-Aún no he roto esto, va a llevarme tiempo –explicó Ikon.
-¡Iré con Alec! Tiene órdenes de no hacerme daño, ¿no? ¡Y de todos modos no se puede ir a ninguna otra parte! –eso, hurgando en la herida-. Estaré alerta, sé bastante bien de lo que es capaz.
-Vale… volved en menos de 5 minutos o habrá represarías –eso iba por mí.
Bajamos corriendo por las escaleras los cuatro pisos. Nicole iba delante de mí, saltando los peldaños de cinco en cinco.
-¿De repente te fías de mí?
-No, pero Ikon ha sufrido una buena conmoción (resumiendo; se tropezó por un terraplen y se dio un tortazo en la cabeza de tres pares de narices) y desde el segundo derrumbe me dice a todo que sí.
Me reí un poco. Cierto, yo había conseguido que me jurara por su alma que me compraría una buena video consola de las caras.
Llegamos a la planta correcta. Hacía tiempo que yo no iba por ahí, la verdad, y me trajo consigo recuerdos de cuando todavía vivía en el Trébol.
No había nadie excepto…
-¡Kevin! –exclamó Nicole. El hombre levantó la cabeza del ordenador… de Nicole-. ¿Qué haces, me estás registrando?
-¿Qué, Nicole? ¡No, que va! –se puso nervioso. Mentiroso. Los cajones del escritorio estaban abiertos, obviamente habían forzado la cerradura de uno, y la mesa estaba llena de papeles; Nicole nunca hubiera sido tan desordenada por muy semejante que ella me pareciera a las cucarachas.- ¡E--es que, estaba, esto, preocupado! Hace días que no sé de ti, mi amor, Niccy… Y como sucedió lo de ese edificio pensé que a lo mejor estaba relacionado con lo que me contaste y…
-¡Y que podrías robarme todo mi trabajo y enriquecerte a mi costa mientras yo no aparecía! –se acercó pisando fuerte.
-¡¡No!! Pensaba que podrías… estar en peligro. Tenía miedo.
-Apártate de ahí –le gritó. E hizo ademán de coger la pantalla para verla.
-¡Espera, Nicole!
-¡Es mío y haré lo que me venga en gana con él…!
Kevin la empujó de malos modos.
-No te estoy robando nada. ¡Escúchame! ¡No me escuchas! –Se quejó como un niño al que le da una rabieta-. No te robo; tú me lo contaste, por si no te acuerdas.

-Y me tomaste por loca; ¡parece que tú también olvidas cosas!
-SEGURO QUE SABES ALGO DE LO QUE ESTA PASANDO –empezó a acusarla. Estaba frenético, se le ponían ojos de loco histérico-. Y si es así no dejaré que toques nada.
-¿Qué? –Resopló- Nunca te has fiado de mí, no sé de qué me sorprende de que ahora quieras culparme. ¡Pues sí, estoy con ellos y si hubieras tenido un poco de fe en mí desde el principio quizás ahora no lo estaría!
-¡No sabes hacer otra cosa que culpar a los demás, avariciosa! ¡No dejaré que te quedes con todo el prestigio cuando esto se publique! Serás detenida, terrorista.
-¡Sabía que solo estabas buscabas aprovecharte de mis esfuerzos! Para una vez que necesité tener a alguien, fuiste TÚ quien me dio de lado.
Esta conversación era cada vez menos cariñosa, menos mal que eran pareja. Miré el reloj. Como sigan así nos íbamos a sobrepasar de los cinco minutos.
-¡¡MENTIRA!! –Kevin le agarró con fuerza los hombros y la sacudió. Nicole le propinó una buena bofetada para hacer que se apartara, pero de repente el tío la empujó contra el escritorio (momento de intervenir o esto se pondrá realmente feo). Me interpuse entre ellos dos y de un empellón lo alejé de Nicole-. ¿¡Y tú quién eres!? ¿Otro admirador baboso de los tuyos, Nicole? ¡¿O es este niñato el tío por el que me pones los cuernos?! -¿eh, qué? No te montes más películas, chaval, que yo ya tengo bastante con lo mío-. ¡Pero si va en calzones!
-Ey, que esta es la última moda y me favorece que no veas –le repliqué automáticamente. Que mis largas y tonificadas piernas se merecían un homenaje como mínimo.
-¡Pues sí, es él! ¡En dos meses él sabe más de mí y me ha dado más alegrías que tú en cuatro años de relación! –me quedé completamente “pocker face”. Genial, ahora me pegará.
Lanzó un derechazo directo a mi cara. Esquivé con gran facilidad y le di un rodillazo en el estómago. Fue automático, lo hice sin pensar. Kevin cayó redondo al suelo con algo de sangre en los labios y sujetándose el vientre.
Nicole se apresuró a tirar todos los papeles y objetos en la papelera y me hizo arrancarle la chapa de un lado a la torre del ordenador.
-Ayúdame a sacarle el disco duro –y eso hice. Nicole enganchó la papelera con una mano y con la otra agarró la mía y salió corriendo de allí.
Esto había sido divertido.
-Creo que no es una forma muy ortodoxa de romper con alguien –no pude eliminar la sonrisa de mi tono. Empezamos a subir más despacio, nadie nos seguía.
Se paró en mitad del rellano del último piso y con un suspiró dijo:
-Lo siento, no debí meterte en medio… ¡pero es que llevaba mucho tiempo guardándome esas cosas...! –Admitió. Se le notaba el nerviosismo y el arrepentimiento en la voz y en la cara.- Por favor, no lo cuentes.
-De todos modos supongo que estoy en deuda contigo por crear esa pantalla con magia y evitar que me hiciera puré de chico guapo –remoloneé un rato. Kevin parecía haber soportado peor de lo esperado mi rodillazo porque aun sentía su presencia allí donde lo dejé.
-Ah, eso. No sé cómo lo hice, sencillamente pasó… -parecía abrumada con ello.
-Entoncés dale las gracias también a esa Flor de Oro, porque es obvio que está viva dentro de ti –subí el siguiente escalón.
Me apretó los dedos haciéndome parar el avance; aún me tenía agarrado.
-Es cierto, lo está. Al principio apenas la notaba pero ahora es capaz de hablarme. ¿Es eso normal? –Alzó los ojos y me miró directamente.
-No lo sé. Pero si no quieres, no lo diré. Aunque preferiría que a cambio tú no dijeras nada de en qué condiciones nos conocimos –ella asintió conforme; en el fondo tampoco le interesaba que supieran de nuestra “historia” juntos. Me quedé en silencio- Solo una cosa más.
-¿Qué? –volvió a ponerse a la defensiva.
-Acertaste muy bien con la fecha, hace dos meses que nos conocemos.
-¿Y? Dije lo primero que se me ocurrió. -Me apartó la mirada como si no fuera con ella.
Me giré de golpe agachándome hacía su cara. Nicole dio un pequeño bote. Nos miramos a los ojos fijamente, podía ver mis iris verdes reflejados en los suyos aunque estos eran oscuros. De hecho estábamos tan juntos que nuestro aliento se mezclaba.
 –Nicole –hablé lentamente, como saboreando su nombre-, ¿y no será que, por mucho que te empeñes, en realidad yo te gusto? –me estoy ganando una ostia, todos lo sabemos.
-P-puf –hizo un bufido un poco raro-, anda, vete a la mierda.
-Pos vale –me encogí de hombros y seguí andando como si nada con mi cara de póquer. Mi cambio repentino de interés la desencajó visiblemente; aguanté para no reírme de ella.
-Uargh –me siguió pisando fuerte. Respiró hondo y se puso a mi altura sacando pecho. Ahogué una risita. Nicole estaba acostumbrada a la tele y a parecer fuerte por muy hecha mierda que estuviera por dentro; era una de las pocas cosas que podía decir que no me desagradaban de ella, sabía sugestionar y aparentar.
–Un placer hacer tratos contigo –me reí. Ay… yo siempre consigo lo que quiero. Es una lástima que con Nicole siempre tenga ella que acabar enfadada para ello.
-¿Qué te he dicho de irte a la mierda?
-Mientras lleguemos en menos de cinco minutos, me iré a donde tú quieras.

2 comentarios:

  1. Me mola discursion, me mola nicole y como lo ha usado. Me mola todo. Me mola Alec. QUIERO QUE NICOLE TERMINE CON ROBERT AHORA QUE HA CORTAO CON EL GILLIPÓ DE KEVIN.
    P.D; e tenio un deja vu....me sonaba que esto ya lo había leido (XD)

    ResponderEliminar
  2. Jajajaja, me encanta que te encante. Y respondiendo a tu postdata... por qué será eso ¬¬ xD

    ResponderEliminar