domingo, 9 de enero de 2011

Encantamiento 1, part2: Mi segundo nombre debería ser Surrealista.



Fue un alivio enorme cuando el aire de la noche entró en la capilla. Salté de la mesa de ceremonias en la que estaba sentado a un lugar más resguardado de cualquier ataque directo.

Dos tipos entraron de repente. Una flecha salió disparada contra el demonio. La barrera de mi círculo apenas consiguió desviarlas, chocó contra el demonio y lo empujó contra el límite  de mi círculo. Miles de chispas se formaron por donde el cuerpo del demonio intentaba rebasar el límite. Gritó de dolor. Uish, espero que no se acuerde de que yo puse eso ahí.
-¡¡¡Brujo!!!
Mierda, se acordó. Bien, si se libera estoy muerto.
Otra flecha, está incluso con más fuerza volvió a penetrar mi círculo. Se suponía que eso no debería pasar, ¿la habría hecho muy débil?
-¡¡FUUUUUUUUUU!! – ¿Eso no es un icono de Internet?- ¡¡Guardianes!! –siguió gritando el demonio.
-¡Este es tu fin, señor de las sombras, Ingdias! –gritó uno de los asaltantes, el que no llevaba el arco, muy al estilo película de acción en la que él es el héroe. Un momento, ¿cómo? ¿Re-y de las sombras? ¡Iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiih, invoqué a un demonio jefe (como indica el propio nombre, son los que más o menos controlan a los demás de su especie demoníaca porque se supone que son los más poderosos)!
Le planté una patada voladora en la cara al cliente. Con tan buena puntería que se le estallaron las narices (mi pobre bota… ahora tendré que limpiarle la sangre)
-¡Capullo, no me dijiste que fuera un demonio jefe! ¡¡Yo te mato!! –Mi histeria repentina tiene una explicación. Los demonios jefe tenían un aura de poder distinta por su cargo, llamaban muchísimo la atención. Un cartel luminoso de “aquí se están haciendo cosas malas, matad a los autores” para las fuerzas del orden mágicos (sí, de eso también hay en el mundo oculto de la magia y es mejor que no te metas con ellos). La pregunta es ¿por qué no me he dado yo cuenta de que era un demonio superior? No sé, yo tengo buen olfato y ese sexto sentido de los que estamos metidos en este mundillo, pero ni lo vi venir. ¿Me habré resfriado? Es que cuando me resfrió me cuesta ver las cosas mágicas…
Mientras yo machacaba al cliente e intentaba encontrar una explicación a lo sucedido (soy multifunción) el ataque contra el demonio se intensificaba.
Las flechas se clavaban en el cuerpo de Ingdias una tras otra. Debían de estar encantadas para destruir demonios. Ingdias había alargado su cuerpo todo lo que era posible (lo único que le dejaba hacer mi circulo, ir para arriba). Sus gruñidos ponían la carne de gallina mientras su cuerpo era convertido en cenizas. Estaban machacando al gran Ingdias, jefe de las hordas de demonios de las sombras, y solo son dos. Vale… Cambio de planes; pies para qué os quiero.
Discretamente caminé como si anduviera por la calle por el pórtico interior dirección hacia la salida (y la libertad), a ver si por casualidad no se daban cuenta de que estaba huyendo. Quién sabe, a lo mejor estaban demasiado distraídos para fijarse en mí si no llamaba la atención.
Y sí, por suerte, los Guardianes estaban realmente concentrados en su trabajo (¡así me gusta!) y mi cliente desangrándose en el suelo (por capullo mentiroso e histérico), mi plan de la discreción era todo un éxito (y vosotros que pensabais que era una mierda…). Ya iba por la mitad del recorrido, ya estaba cruzando la puerta… Pero cómo no, en toda historia, al prota le tienen que salir muchos obstáculos…
-¡¡Gran brujo, libérame!! –me ordenó el demonio. Los Guardianes se giraron hacia donde llamaba el demonio y me miraron. ¿Veis? Fin de mí salida con discreción. Me falto tiempo para poner pies en polvorosa.
Y una mierda iba a volver para que le liberaran (y de paso me mataran a mí). -¡No es a mí al que quieren! –ya salía a toda velocidad de la iglesia. Y es que solo me quedaba una opción disponible: consiste en correr. Vale, parece que es un poco simplona pero tiene su lógica. Normalmente suele pasar que si te alejas lo suficiente y además les has dejado que maten al que tienen que matar, te dejan a ti en paz; otras te persiguen hasta darte caza, todo depende de cómo evalúen tus actos. Que sean los primeros, por favor.
-¡Tú, no corras! –giré la cabeza. ¡Mierda, mierda, me persigue el-que-se-hace-el-héroe! Maldita su estampa, ¡¡son de los segundos!!
¡Ni de coña me pienso parar! Tú corre que yo fui la “estrella” de mi orfanato en el equipo de atletismo (primero durante 3 años seguidos en el estatal) y encima tenía un pequeño as en la bota, ju, estaban encantadas para ser más ligeras y no dejar huellas a su paso. ¿A qué molan? Yo personalmente las amo.
-¡Que te pares, te digo!
-¡Que no, te digo yo! –lo estaba dejando muy atrás. ¡Siiiiiiiiiiiiiiiií! Iba a conseguirlo, iba a salvarme, iba a…
Una piedra en el camino. Mierda…
Di dos vueltas de campana, me volví a poner de pie pero con la mala pata de que al levantarme tenía un tronco justo delante.
Lo que recuerdo después es chocar contra el suelo con la espalda.
Veía puntitos de colores y me pitaban los oídos. Puff, pues sí que me di un buen golpe.
Dos volteretas, chocarme contra un árbol… y por una piedrecilla en el camino, madre mía, soy gafe. ¿A quién le pasa semejante burrada? Es totalmente surrealista. Bueno, supongo que si no fuera Derek, mi segundo nombre debería ser Surrealista.
Los pasos de alguien se acercaron.
-Tor-pe –pues tu capullo acosador, si pudiera levantarme te partiría la cara, el-que-se-hace-el-héroe.
-¿N-no seréis tan desleales de matarme estando inconsciente, verdad? Jeje. Técnicamente me paré… –ya si que no veía absolutamente nada. Pero por preguntar…
Creo que se lo pensó un momento.
-¿Se nos ha muerto? – apareció otra voz, de chica, debía de ser la del arco. Si estaban allí los dos es que ya habían destruido a Ingdias. Bueno, así ya no me podrá venir a buscar (y destripar) por haber desobedecido su orden.
-No, borrica, aun nos respira –ey, ni que fuera vuestro, parad con tanto “nos”.
-¿Y qué hacemos con él?
Suspiró.
-Nos lo tendremos que llevar.

6 comentarios:

  1. Ouquei, finjamos que no he leído nada más y que soy nueva en Encantamiento. Si fuera así te diría que me sigue gustando mucho (mucho, mucho), y que me intriga quiénes serán esos Guardianes. No los describes mucho, pero el punto de vista de Alec (con su encanto personal) ayuda a hacerse a la idea de como serán los personajes. Y eso es bueno, porque yo tengo un estilo muy descriptivo y casi siempre resulta críptico y no se entiende, así que a ti te da puntos. ^^
    A por el siguiente.
    PD: lo mismo que el otro. Fallos "tontos". :)

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  2. Genial, estupendo y desternillante ;P lo que no le pase a él no le pasa a nadie...

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  3. Me encanta xD me hace mucha gracia tu forma de expresarte :D, bueno que me enganche y que espero que los demás capítulos sean así de divertidos.:)

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  4. me tienes ENGANCHADA <3
    estoy empezando a amar a Alec, me encanta con la ironía y la gracia en que te expresas ^^

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  5. Jojojojo, me gusta las ironías, lo borde que es, sus comentarios, todo. Este capitulo me ha echo reír. En serio jajaj [vale, yo por culpa de "alguien" (Una amiga .¬¬), me rió fácilmente... es muy malo T.T Sobre todo si la peor profe que tiene os esta regañando y tú con una sonrisa en la cara xD] Nah, que decirte que intentare leerme hoy hasta el 10, ¿crees que es imposible? ¡Pues imposible es mi primer apellido! (Miento xD) Y que si te molestan los comentarios tu dímelo por tuenti, que a mi no me molesta escribir... (lo malo es que me enrollo, ya lo ves xD) ¡Bueno besos!

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  6. Jajajajajaja xD Me encanta como escribes. Además, Alec me recuerda a mí. No, no es que sea un brujo, pero es que yo también soy extremadamente gafe...

    Voy a leer el siguiente :)

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