-Necesito pensar muchas cosas…
-la respiración se les aceleró, las palabras les costaban. Era como si le
aguijonearan la garganta- Ahora mismo nos has hecho mucho daño, y si no me voy
empezaré a golpearte y no sé si podré parar –admitió cabizbaja. La ira y las lágrimas
eran difíciles de contener, en especial con Flor avivándolas por momento. Alec
esperó unos segundos más y las soltó. Nicole sintió otra patada en el pecho; le
hubiera gustado que no las dejara ir, que las hubiera retenido allí junto a él.
Alejarse les dolía por las dos
partes, lo hiciera él o ella, se percató mientras iba dejando a Alec a sus
espalda y entraba en el edificio. Pero era demasiado orgullosa como para
admitirlo, de modo que dio media vuelta y desapareció de allí.
Se mantuvieron calladas mientras
subían las escaleras y pasaban saludando a los pocos Guardianes que conocían.
Hasta que Flor se hartó de que la
ignorara y estalló: <No. No lo haré>; Flor empujó mentalmente y encolerizada a
Nicole, intentando devorar la existencia de Nicole y adueñarse de poder. <¡No
renunciaré a él! Ella no lo merece, no lo ama tanto como nosotras.> ¿Cómo sabes que no? <Porque lo sé, nadie puede querer más que lo que sentimos nosotras,
porque nosotras lo queremos por dos>; a
veces las resoluciones de Flor a cuestiones enrevesadas resultaban tan
simplistas que daban ganas de abofetearla. Nicole suspiró mentalmente mientras
Flor seguía hablando: <Que esa mamífera unióptica se quede con el
idiota de Robert; ¿no dices tú que es guapo?> Sí, sí que lo es. Robert era un galán, uno de esos príncipes con los
que casi todas las niñas sueñan de pequeñas, mientras que Alec se movía cómodo
en su papel de mercenario sin escrúpulos y no parecía aspirar a más.
<Pues más que suficiente y que no
se queje>; sentenció, aún muy altanera. <Aunque
no sé por qué creéis que Robert es tan perfecto, no sé parece a Alec y Alec es
perfecto>; de nuevo, pecaba de simplista.
Hasta que entró en el cuerpo de
Nicole, Flor nunca había sentido interés alguno en los sentimientos ni en
ningún tipo de “polinización”, como ella aún lo denominaba, pero sin embargo
había estado enamorada de Alec prácticamente desde que lo conoció al natural. Lo
suyo había sido un flechazo a primera vista que había desbaratado todos sus
esquemas, condenándolas a la lujuria enfermiza. En unos pocos días había
decidido lo que a Nicole le costó meses en reconocer: quería a Alexander para
ella. Un primer amor que vivía como si fuera a ser el último. <De
belleza mamífera no entiendo más de lo que me dicen tus filtros, pero cuando
miro a Alec siento deseos de juntar labios y polinizar a lo mamífero, Y cuando
veo a cualquier otro no siento nada. Sólo con él soy feliz, así que estaré por
siempre con él>; le explicó Flor, Nicole no podía negarle que deseara lo
mismo. <¡¿Si tú lo sientes también por qué sigues tan empeñada en hacer ESO?!>
Porque es lo mejor; Nicole seguí gris y apagada, por primera vez inmune
por los coletazos de cólera del espíritu.
<¿Para quién?>
Para Alec.
<Eso no lo sabes. Alec es nuestro.>
Flor, no, no lo es; la voz de Nicole se hizo más fuerte y su
presencia más notable, reduciendo el espacio de Flor considerablemente; cuando
la periodista se imponía, se imponía de veras. Y ya me estoy hartando de darle vueltas a este tema, ya lo he decidido.
Si en el fondo Alec quiere estar con Lena… tenemos que quitarnos de en medio. Y
si nos prefiere a nosotras es suficientemente listo para no ir con Lena aunque
hagamos eso.
Flor se mantuvo callada y
abandonada en un rincón oscuro de la mente que compartían, trémula. Nicole se
sintió culpable en cuanto se percató de lo que le ocurría: Tienes miedo porque crees que no nos preferirá.
<Te odiaré si es así.>
Frenó ante la sala de música. Y
aunque sabía lo iba a hacer de todas formas:
Yo también me odiaré…
El viento movía las ramas de los
árboles pelados como garras que intentaban arañar la terraza de la sala de
música, solitaria a aquellas horas vespertinas. A excepción de una persona.
Lena se levantó de su asiento frente al piano y fue hasta la ventana, donde
abrió la puerta de cristal para que el viento se colora dentro.
-Lena.
La Guardiana se giró hacia la
llamada y en el acto empalideció descolgándosele la mandíbula; había estado tan
inmersa en sus pensamientos que ni siquiera había sentido la presencia de quién
se le acercaba. -¡Ni-nicole! –torpemente volvió a cerrar la puerta al ver que
la rubia se le acercaba. Ésta la intimidaba, era obvio. La Cucaracha sonrió al
percatarse, cuando Flor se puso brabucona sobre el asunto, y es que Lena no
solía hablar lo suficiente para que se apreciara. De hecho, nunca se hablaban,
ni siquiera se cruzaban de modo que tuvieran una excusa para saludarse. Que
ahora Nicole se dirigiera derecha hacia ella era sospechoso. Que Nicole y Flor
se fueran sin iniciar una pelea decía mucho sobre lo inesperado que estaba
sucediendo todo. Quizás que no se hubiera desahogado en su momento
desencadenara en algo peor; tales desarrollos inquietaban la mente de
Alexander.
-¿Qué tal estás, Lena? ¿Bien?
–intentó volver a sonreír con amabilidad, pretendiendo transmitirle la
situación de calma, aunque a regañadientes. Pero la sonrisa fue más bien
pesarosa y aquello sólo sirvió para desencajar más a la Guardiana. Arrugó la
nariz respingona al percatarse de que estaba poniendo una mueca. Nicole y Flor
en realidad estaban heridas y muy cabreadas, no tenía sentido que se molestara
en ser amable con una de las partes culpables de su ira.
-Bien, estoy bien. ¿Qué ocurre…?
¿Rob me llama?
-No, no vengo por Robert.
-¿Albert?
-Tampoco.
-¿Gin? –recibió otra negativa. -¿¿Alexander….??
–se atrevió a murmurar casi como una súplica. La cucaracha negó con la cabeza y
la Guardiana suspiró de alivio.
-Yo soy la única que quiere
hablar contigo –ella, Nicole, Flor tampoco quería y se lo había estado dejando
muy claro todo el camino hasta allí.
-¿Cómo…?
La Cucaracha miró al suelo y se
frotó los nudillos vendados, trayendo consigo el silencio hasta que al final
habló: -¿Alec te gusta, le quieres, sí?
Lena retrocedió de repente
chocando con el cristal. -¿¡Q-qué!?
-Lamento la indiscreción. Cierto,
he sido demasiado directa… -sonrió mirándola a los ojos, pero lo que los suyos
transmitían era una ira demasiado reciente y sólo lo empeoró-. Flor y yo
necesitamos que nos respondas esa pregunta, por favor. –la máscara de simpatía
estaba a punto de rompérsele, no iba a aguantar mucho más.
-¡Eso… yo no… esto es demasiado…!
–casi lloriqueó.
-Para nosotras es importante
–alzó la voz y la barbilla, con valentía, soltando las manos para que cayeran a
ambos lados de sus caderas convertidas en puños-. Lena, he venido esta noche
para dejar las cosas claras –sonó autoritaria-. Nosotras queremos a Alec y tú
estás en medio.
***
Lena estaba sin palabras. Y no
era para menos. No era recomendable iniciar aquella conversación precisamente
aquella noche y con la (estúpida e inconveniente, como él la veía) declaración de
Alec tan reciente en el aire. Era forzar demasiado las cosas, las emociones la
habían hecho actuar sin pensar y eso era muy peligroso. ¡Demasiado!
Nicole apartó la mirada de ella.
Su serenidad destacaba junto a la Guardiana. Se la vio imponente y deslumbrante
cuando sus rizos botaron con el movimiento e imitaron el brillo del oro con las
luces de la habitación, incluso su piel había empezado a adoptar un cierto
brillo como de purpurina muy fina. Casi como la deidad que en un día fue Flor.
Rió-. Pero tú también le amas,
¿no es así? He venido hasta aquí para decirte que… Sé que aunque no te muevas, no
hagas nada, vas a seguir estando ahí, entre nosotras y Alec. Lo hemos intentado
y no podemos sortearte… Y no quiero empezar una guerra. Me retiraré.
Lena abrió el ojo. Vocalizó unas
palabras sin voz.
La Cucaracha asintió una sola vez,
para reafirmarse a sí misma, no porque hubiera entendido lo que Lena murmuraba.
Pero tenía sus condiciones: –Pero sólo si eres capaz de reaccionar. Si esta
noche demuestras valor para hacer algo por él, por estar juntos… Sencillamente
ir con él y decirle que de verdad lo quieres, lo que sea… yo me retiraré. No es
un trato, si no un ultimátum. De lo contrario estoy segura que seguirías como
una piedra, atada a todos sin dejarnos avanzar ni retroceder. Pero si no haces
nada ahora –la miró con fiereza- sabré que tampoco serías capaz de ayudarlo
cuando llegue lo peor. ¿Qué opinas? Di algo… -suspiró.
-Pero… -Nicole alzó la cabeza
rápidamente, fue obvio que había renunciado a una respuesta por parte de la
Guardiana. Lena la miraba fijamente, buscando algún síntoma delatador, como por
ejemplo una cámara oculta- ¿por qué tú… haces esto? Acabas de decir…
-¿Que por qué renuncio? –los ojos
se le oscurecieron-. No soportaré más dolor y dudo mucho que a Alec le agradara
nuestra batalla por él –conocía demasiado bien a Alec en ése sentido, y sabía
que las odiaría a todas si lo metían en mitad del fuego cruzado-. Que al menos
así alguien sea feliz. -Y si ese alguien es Alec… podía darse por satisfecha,
¿o no? Pero sabía demasiado bien la respuesta.- Es lo mejor –empezó a girarse
hacia la salida. Pero no fácil. Quería
desmentir todo lo dicho, volver corriendo en busca de Alexander y… y…
sencillamente descontrolarse y estar con él. Con una última sonrisa, queriendo
contener el dolor en su pecho:- Sólo una última cosa: yo estoy dispuesta a
facilitar las cosas, pero Flor es incluso más tozuda que yo.
***
Alec la observó salir y la siguió
en silencio. -¿Va en serio?
Ella apenas se sorprendió de
encontrarlo entre las sombras, tras de ella. Tampoco se mostró molesta: -Eso
pretendo.
Le importé lo suficiente para seguirme.
-Creí que ibas a golpearla –hablaba
en serio, cualquier cosa antes que una rendición.
-A punto estuve –la absoluta sinceridad
con la que lo admitió le sacó una sonrisa. Pero esa reacción por parte del
híbrido, por alguna razón que Alec no consiguió comprender, pareció sentarle más como una puñalada. Se
debía a que le pareció demasiado hermoso, demasiado horrible y perfecto; era un
delito no intentar quedarse a su lado. Esperaba que saberse sin él fuera
suficiente castigo.
Permanecieron allí parados largo
rato. Incómodos. Ninguno se había preparado para aquella situación.
Nicole y Flor aun querían
retractarse y abrazar con fuerza a Alec, decirle que había sido una broma. Pero
Nicole no podía hablar más en serio. - Alec… yo ya me he declarado, pero nunca
me has dado una respuesta clara. Te lo he dicho tantas veces y tú ninguna que
me empiezo a sentir como una acosadora obsesa –rió con tanta amargura que
pareció un llanto.
-Es que eres una obsesa.
Ella le reprendió con un puñetazo
no muy fuerte en el brazo sólo por convención. Ambos sabían que a partir del
semisecuestro en que los mantenían los Guardianes, Nicole había volcado todo el
empeño y dedicación, toda su obsesión, que convirtieron el trabajo en el centro
de su vida hacía él.
Las miró fijamente. Estaba
impresionado con ella, y en cierta manera… agradecido. Se sentía como si algo
se le hubiera hinchado de aire dentro del pecho, al mismo tiempo ligero y
aprisionado; era una reacción extraña. Aunque empezó a dudar en cuanto lo percibió,
¿debía realmente tomarse aquello como un favor? ¿O sencillamente era otra de
sus estrategias para olvidarse de él de una vez por todas, de darle la patada
después de tanto pretender unirles? No sería la primera vez que hubiera tratado
sus sentimientos hacia él como una mala enfermedad; ¿era esto una nueva
traición oculta en bonitas palabras? Nicole llevaba razón, Alec tenía demasiado
miedo a que lo siguieran traicionando. –Si de verdad quieres hacer esto…
-Sí, necesito que sea “oficial”,
al menos entre nosotros. –Necesito acabar
con todas mis esperanzas futuras con una puñalada. Tomó aire y lo soltó
todo seguido al hablar-: Alec, llevo mucho tiempo enamorada de ti, así como
Flor. Ya lo sabes y llegados a este punto sólo me queda decir: si tú también
sientes algo por nosotras… ¿querrías tener una cita conmigo?
-He de rechazar la propuesta, lo
lamento –el globo de alivio se pinchó como si le hubiera clavado alfileres. Alec
estaba seguro que después de esto sí que renunciarían a conseguir su amistad;
sencillamente lo odiarían demasiado por rechazarlas. Y él lo sabía mejor que
nadie aunque lo escondía: no quería que los buenos momentos cesaran; eran
demasiado adictivos y complacientes. Pequeños destellos que conseguían
distraerlo lo suficiente como para olvidar la negrura de su vida. Se reprendió
el que hubiera permitido que ellas se convirtieran en algo importante para él,
se había echado la cadena del miedo a perderlas encima sin ni siquiera darse
cuenta. Pero no lo hizo con mucho ánimo, si no porque lo mandaba la costumbre,
porque se suponía que era lo que sus leyes de supervivencia le exigían. Debía
considerarlo una prueba de lo descuidado que lo había dejado la tristeza, pero
seguía tan distraído que apenas se molestó.
-Claro –agachó la cabeza-.
Gracias, lo necesitaba.
Mantuvieron un tenso silencio
después de eso, sin saber qué más decir.
-¿Estáis bien? –las miró directamente
a los ojos: aún así preferiría que
nuestra relación no cambiase, me gusta así, “amigos”; murmuraban los suyos,
sin atreverse a alzar la voz.
-No. Pero pregúntamelo mañana;
estoy segura de que llegará el día en que no sienta dolor al verte.
Aquella respuesta no le consoló
tanto como hubiera deseado; eran sólo palabras y él mejor que nadie sabía con
qué facilidad se rompían las palabras e intenciones.
-¿Esto simplifica lo suficiente
el cuadrilátero del que me hablaste? –una bruma ensombrecía sus ojos castaños-
…Sé feliz con Lena –murmuró cuando él alzó la cabeza hacia la puerta que
llevaba a la sala de música.
El siempre previsor y manipulador
Alexander no esperaba este acontecimiento, no sabía cómo continuarlo. Nicole me da carta blanca; pensó. ¿Aprovecho? De repente se dio cuenta de
una verdad irremediable: ya había decidido que lo ajusticiaran. ¿Qué más daba?
Tenía un lapsus de tiempo hasta entonces, tiempo completamente muerto y sin
utilidad. Iba a morir, eso seguro, de modo que lo que hiciera de por medio, de
repente parecía tener menos peso.
Miró por el rabillo del ojo a Nicole,
alta y curvilínea, los ojos chocolate y los labios rosados y carnosos. Tan
hermosa y firme como dulce. Y la impetuosa y decidida Flor. Un sentimiento perverso
creció y contaminó todos los pensamientos del semi-demonio. ¿Y si me aprovecho de las dos? Estar con
Nicole aquella noche y más tarde reunirme con Lena, estar con las dos mientras
viviera. Qué carajo, aprovechar mientras tuviera sangre en las venas. ¿Por qué no? Sabía que podría enredarlas
suficiente tiempo y una vez muerto… le importaba bien poco dejar un rastro de
odio como única herencia.
SAFKADBGKJBSDKJGBSKGJBVDSFKBGVSKDBGKSBGKSFBKBGKFBGKDFSBVKSKJFSKBNFSKBNDFSAFKADBGKJBSDKJGBSKGJBVDSFKBGVSKDBGKSBGKSFBKBGKFBGKDFSBVKSKJFSKBNFSKBNDFSAFKADBGKJBSDKJGBSKGJBVDSFKBGVSKDBGKSBGKSFBKBGKFBGKDFSBVKSKJFSKBNFSKBNDFSAFKADBGKJBSDKJGBSKGJBVDSFKBGVSKDBGKSBGKSFBKBGKFBGKDFSBVKSKJFSKBNFSKBNDFSAFKADBGKJBSDKJGBSKGJBVDSFKBGVSKDBGKSBGKSFBKBGKFBGKDFSBVKSKJFSKBNFSKBNDFSAFKADBGKJBSDKJGBSKGJBVDSFKBGVSKDBGKSBGKSFBKBGKFBGKDFSBVKSKJFSKBNFSKBNDFSAFKADBGKJBSDKJGBSKGJBVDSFKBGVSKDBGKSBGKSFBKBGKFBGKDFSBVKSKJFSKBNFSKBNDFSAFKADBGKJBSDKJGBSKGJBVDSFKBGVSKDBGKSBGKSFBKBGKFBGKDFSBVKSKJFSKBNFSKBNDF
ResponderEliminarVale.
¡¡¡Pero qué diablos!!! DDDDDDDDDDDDDDDDDD:
Este capitulo me emocionó demasiado, tengo muchos sentimientos encontrados que quieren explotar a la vez y aquí se está volviendo todo una bomba nuclear D: ¡¡HAZTE CARGO DE LAS CONSECUENCIAS MALDITA!!
aggghhhhh, mi odio hacia Nicole crece y crece y crece :') ¡Primero! ¡Que no se vaya de guay por brillar, porque eso es cosa de Flor, no de ella, eins! D: *enfurecida* ¡¡¡FLOR MOLA!!! :'D Aunque esté loca y odie a Lena...da igual, es tan tonta, tan rara y tan posesiva que me gusta XD
Nicole es idiota =w= Es que cada vez que suelta una palabra seguida de 'Lena' es un insulto D: ¡¡Qué niña por dios!! ;_; *No la soporta*
'Alzo la barbilla con valentia' Creo que hemos confundido términos, porque ahí cuadraba un 'con egocentridad' o un 'con prepotencia' ò_ó
¡¡¡¡ES QUE MALDITA SEA COMO PUEDE SER TAN ASQUEROSAMENTE PREPOTENTE!!! D: ¡¡¡NI SI QUIERA ES UNA PREPOTENCIA GUAY COMO LA DE FLOR, NOOOO, CLARO, TIENE QUE SER UNA PREPOTENCIA ESTÚPIDA!!! T____________________________T
*No sabe controlar su odio*
Creo que soy un oso gore mutante en estos momentos. Quiero matar.
¡¡¡¡¡¡¡PERO ALEC LA RECHAZÓ!!!!!!
MUAHAHAHAHAHHAHAHAHAHAHAHA SI, SI, SI, llevo cuatromil capítulos esperando por esto, por el delicioso momento en el que la mandara a paseo 8D *Baila la conga* SIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!<3
Qué precioso momento XDDDD
¡¡¡¡¡¡Y VA A IR A POR LENA!!!!!!!!
OH DIOS MIOOOOOOOOOOOOOOOO
OH DIOSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
*Paro cardíaco*
¡¡¡¡¡¡¡ATACAAAAAAAAAAAAAAA ALEC, ATACAAAAAAAA!!!!! Mis plegarias fueron escuchadas, por fin esos dos tendrán algo de acción 8D <3
Me encantó cuando Alec le dijo a la Cucaracha que era una obsesa 8D FUE PRECIOSO *w*
QUIERO EL SIGUIENTE YA.
NO ME DEJES ASÍ MALDITA DDDDDDDDDDDD:
*Necesita más*
¡¡¡¡DAME MI DROGA, YAAAAAA!!!! D:
Aunque en estos momentos lo único que quiero es que Alec y Lena estén juntos, una parte de mí dio un pequeño gritito kyaaaa de fangirl cuando lo primero que pensó Lena al entrar Nicole fue: ¿Rob? y yo: *____________________*
SI ES QUE LO AMA!!!!!!
Buenobueno, necesito el siguiente ;_;
¡¡¡¡DAMELO MALDITA!!!!! D:
*Se estresa*
Me voy ya, pero que sepas que haré huelga como no me dejes leer el siguiente ;_;
¡¡Besos!!
aaaaaaaaaaaaa dios lo veia venir....lo veia.....mi pobre Nicole como tiene que estar....... y Lena sige sin decir anda DIOSSSSSSSSSSSSSSSSS.......... mira como Nicole le de esta oportunidad y no haga nada es pa matarla.......de verdad
ResponderEliminarpor que siempre me dejas en shock con las ultimas frases ?¿?¿
que va acer Alec.. que nos e atreva a usar a mi Nicole xk lo matare a el tambien ( lo quiero mucho pero que noo se atreva a jugar con ella)
me stoi mordiendo las uñas quiero el siguiente ya !!!!!! pero ya !!!!
jajajajaj un beso ;)
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaghhhhhhhhhhh! ;--------; te odio (pero con amor de fan)
ResponderEliminarMe estas queriendo decir que mientras esto parece un ring de pressing catch entre lena y Nicole-Flor a Alec le va a dar por volver a las andadas??!! e.e maldito cabrón encantador e////e (peca un poco de hijoputismo pero que quieres que te diga con Alec no puedo ser objetiva, su perfección me atonta XD)
Se que es posible que esto lo haya dicho ya pero...creo que entiendo que a Alec le gusten los culebrones!!
Es que me siento entre un fuego cruzado: mi devoción por Alec (que esa se mantiene y no se toca, tengo una escultura de el con un guardia de seguridad propio, que quieres? el muy bandido es un cabrón retorcido encantador u///u) y el dolor que me produce ver ese "abierto enfrentamiento" entre Lena y Nicole-Flor; me gusta el espíritu combativo de Nicole porque sabe lo que quiere y lucha por ello y con tal de ver a Alec feliz sería capaz de dejarlo en manos de lena (aunque intentará recuperarlo de sus manos);----------;
Dios esto me esta destrozando vengo a buscar paz en tus capítulos y me torturas así!! (maldita mujer de escritura adictiva e´´´´´´´´´´´´´´´´é mi mente se va a evaporar mientras paso mis apuntes)
pero que conste que te quiero muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuucho igual aunque me tortures, y aunque me duela siempre vuelvo en estos casos XD
Tuya en el fanatismo, Gamba-Girl >///3///<