sábado, 21 de enero de 2012

Encantamiento 58; 1ª parte: Campbell en conserva.

//A Mail, ¡Gloomy del equipo Bear! De 9 a 11 de la noche, una hora más en canarias...//

Nicole me llevó cogido de la mano a través del distrito comercial para que el bullicioso gentío no nos separara. En cierta manera teníamos mucha suerte, pues con tan poco espacio entre persona y persona nadie tendría tiempo o sitio suficiente para ver nuestras pintas.
Supongo que estáis descolocados con el cambio de escenario, pero tranquilos, que si por algo me caracterizo es por soltar rollo: al final no hubo encuentro con los Guardianes, como muchos de vosotros, mis queridos lectores, estabais esperando, y pudimos escapar de la batalla sin demasiados problemas. Habíamos abandonado el tanque (sí, a falta de nada mejor, robamos y huimos en un tanque, ¿por qué ponéis esas caras? Ni que nunca hubierais montado en uno) a las afueras de la ciudad por motivos obvios. Desde aquí las probabilidades de que nos hubieran seguido con mi barrera puesta (y chupándome vida) eran mínimas.
La Cucaracha parecía muy segura de lo que hacía, por lo que me mantuve en silencio y sin rechistar todo el camino. Cuando se calmaba y dejaba atrás sus inconcebibles ideales, era una persona concienzuda… y soportable.
Mis dedos le dieron un ligero apretón a los suyos inconscientemente, lo que la sobresaltó. La mirada de Nicole se volvió automáticamente hacia a mí y se tropezó con un bordillo, pero mantuvo la dignidad y siguió andando sin volver a mirarme una sola vez.
Nos metimos en una calle paralela a la Gran Vía, para no ser bien vistos, hasta la entrada trasera de un hotel. No es que fuera la salida de las basuras, pero tampoco era tan lujosa como la principal; me explicó de pasada. Pero la verdad es que se veía caro.
Tuve que contener mi sorpresa cuando la Cucaracha se acercó al mostrador e informó de que se hospedaba allí. El joven nos miró raro pero no dijo nada; realmente debía ser muuuuy caro para estar dispuestos a ocultar las cosas sospechosas de los arrendados.
Ya en nuestra planta me fijé detenidamente en que había pequeñas lámparas de telaraña sobre nuestras cabezas, cuadros y espejos en las paredes, en cada rellano algún mueble de madera maciza adornado con jarrones llenos de flores naturales y remates dorados por todos lados que casi brillaban más que la melena de la Cucaracha. Yo había estado en sitios parecidos antes, pero solo para robar o como visita; nunca más de una hora. Prácticamente toda mi vida la había pasado en bancarrota; el mundo de los ricos siempre se me hacía extraño e incomodo. En cierta manera me carcomía la envidia de ver que tenían tanto dinero que podían derrocharlo en infructífera apariencia. Por eso odiaba la casa de los Kensigton, era todo derroche.
Los pies descalzos de Nicole iban dejando manchas en la moqueta de lana. -¿Cómo es que puedes quedarte en un sitio así? –dudaba que su sueldo de periodista se lo permitiera.
-He entrevistado a muchas celebridades en este hotel. Y suelo recomendarlo a los amigos y conocidos que se encuentran en esos círculos, así que me hacen un descuento por… bueno, por hacerles más publicidad –parecía incomoda al decirlo. Le hacían descuento por sus amiguitos ricos… ¿Y eso no es ilegal, tráfico de influencias como mínimo?; me aguanté de recriminárselo pues no tenía ganas de peleas y eso claramente la pondría a la defensiva.
Mi mirada medio sin darme cuenta ascendió por sus piernas hasta la curva de sus caderas y la forma tan sugerente en que la minifalda se le pegaba siempre por detrás.
-Así que “amigos”…
-Sí, al parecer suelo caer bien –se encogió de hombros.
-¿Hombres? –y poderosos.
Se giró bruscamente, con el ceño fruncido y las mejillas arreboladas. -¡Yo no soy una cualquiera!
-No he dicho que lo fueras.
-¡Pero lo has insinuado, que es lo mismo! –Se mordió la lengua. Su cara se estaba llenando de color-. Puede que… sea cierto que me traten tan bien por lo físico, pero yo nunca me insinué a ellos a propósito. Mucho menos les dejé sobrepasarse conmigo –se defendió. Sabía que iba a ponerse en este plan-. Ya sé que no es justo –si la habían escogido a ella para el telediario, había sido porque había su aspecto la había hecho destacar más que la competencia. Lo mismo pasaba en lo demás; las personas siempre sacan una mejor primera impresión de la gente guapa (existen estudios que lo demuestran)-. Pero no es mi culpa, ¿qué debería hacer, vestirme como una monja, ponerme burka, desgraciarme intencionadamente…?
-¿Lo admites? –Metí las manos en los bolsillos del mono y seguí hacia delante. Me encogí de hombros:- Es tu cuerpo; úsalo como quieras –me paré al pasar a su lado y la fulminé con una mirada de soslayo-: Pero luego no pretendas comportarte como una santa ni te creas mejor que yo.
Abrió sus ojos, aumentados por las gafas.
-¡Yo no… yo te…!
Una puerta se abrió de un portazo al fondo del pasillo. Los dos dimos un respingo y nos pusimos en posición defensiva al unísono.
-¿¡¡Nicky, qué pasa, por qué gritas!!? –un sombrero rosa con forma del archiconocido osito Gloomy (http://www.google.es/search?tbm=isch&hl=es&source=hp&biw=948&bih=463&q=gloomy&gbv=2&oq=gloomy&aq=f&aqi=g10&aql=&gs_sm=e&gs_upl=867l2521l0l2952l6l6l0l0l0l0l206l920l0.5.1l6l0) se asomó y unos ojos rasgados de color amarillo brillaron tétricamente al vernos-. ¡¡ALEC!! ¡¡NII-CHAN, ERES TÚ!! –salió corriendo de la habitación.
Resoplé cansinamente, pero una pequeña sonrisa tiraba de las comisuras de mi boca. -Claro que soy yo, Renacuajo estúpido –abrí los brazos y la muy zopenca saltó dentro, igual que se me hiciera un placaje. Los puntos del estómago se tensaron dolorosamente y un ruido muy raro se me escapó de las entrañas.
-¡Kyaaaaah, ¿qué pasa, qué he hecho?! –se apartó con rapidez. Me sujeté el vientre con un brazo, la otra mano me temblaba como queriendo rodear su cuello lleno de branquias y convertirla en sopa de rana. Campbell nos miró alternativamente de uno a otro, asustándose-: ¿NICOLE USA GAFAS? ESTÁIS HORRIBLES, los dos, ¿¡de dónde venís!?
-DEL INFIERNO –le solté con todo el énfasis.
-¿¡En serio!? –será ilusa…
Nicole suspiró exageradamente. -Mejor vamos a dentro –la Cucaracha colocó una mano sobre el brazo verde de Campbell para tranquilizarla. Tenía una sonrisa bondadosa en la cara y una mirada segura-, ¿vale, Campbell-chan?

6 comentarios:

  1. *////* bueeno..que te voy a decir que no te haya dicho ya! Este capitulo de alguna manera me ha reconciliado con el mundo y con Nicole (que ya era hora XD) gracias al toque mágico de Campbell que es mas kawaii que otra cosa ;)
    Tuya en el fanatismo, la chica gamba ^^

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  2. No sé como me siento ahora mismo...¿alegre por volver a ver a Camp? ¿enfadada por que cada vez Alec soporta mejor a Nicole y se fija en su figura? ¿triste porque Camp y Nicole se llevan genial, osease, que Lena va a quedar excluida?

    T__________________T Este cap me ha puesto triste...

    Si seguro que al final Alec acaba con Nicole...cada vez tienen más protagonismo juntos...No me digas que Lena es de relleno T_____T

    *llorando a su esquinita, se agarra las rodillas*

    PD: Pero amo a Camp. Eso siempre<3

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  3. ... *sintiendo el aura de tristeza* esto... UNÁMONOS EN EL AMOR A CAMPBELL!!!!!

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  4. MI CAMPBELLL, se echaba ya de menos sus paridas y sus cosas adorables (como ese osito rosa) nicole y alec van a tener algun tipo de lio, pasarajero tal vez? hmm, teniendo en cuenta que una vez ella le confeso su amor xd
    esta genial, pero eso tu ya lo sabes

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  5. Yo solo suplico que Alec AL FINAL se quede con Lena T___________T

    TE LO RUEEEEEEGOOOOOO T_T
    Si quieres, me resignaré y aceptaré con todo el dolor de mi corazón que tenga un lío con Nicole pero PASAJERO como dijo Yary T____________T

    *consternada XDD*

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  6. El capitulo va por mi!!!! Yo y Gloomy (H) PD: Mi gorro es precioso, y que lo use Camp... oh, orgasmo. xD!
    Te prometo que esta semana me pongo al día.... (No, no lo he leído, solo la parte de Camp y su gorro xD)
    TE QUIEROOOOOOOOOOOOOOO PERDÓNAME ESTO!

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