jueves, 25 de agosto de 2011

Encantamiento 41: Películas de acción americanas llevadas a la vida real.


Los faros de una moto atravesaron la neblina al tiempo que su rugido inundaba el bosque. No sentía que se tratase de un vampiro ni un zombi y con eso me bastaba para empezar a correr hacia allí.
Entró derrapando contra uno de aquellos bichos (sospecho que por accidente) y formando una gran nube de tierra a su paso. ¡Bien, ya tengo hueco para escapar! La moto se le zarandeo un poco al intentar parar y el hombre muerto que tenía debajo le enganchó la pierna a mi motorista salvador. Sacó una pistola y le pegó un tiro en la frente que lo dejó seco (suena mejor de lo que parece, pero la verdad es que mi salvador estaba temblando como un flan).
-¡Alec! -¿Nicole? Durante unos segundos me quedé alucinando. Luego tomé impulso y salté usando la magia para alejarme todo lo posible de aquel montón de carne putrefacta en movimiento y montarme en la parte trasera de la moto. ¡Qué narices, no iba a quedarme allí en medio para que me comiesen!
-¡Arrancaa! –logré abrazarle la cintura antes de que el vehículo saliera disparado hacia delante.
-Ay, Dios –rezó en voz baja. Ay, mi querido Satanás…
Nada más alejarnos un poco de allí nos encontramos de frente con otro tanque en el que se agolpaban más zombis para salir (repito: el bosque está lleno de contenedores ocultos con zombis presos en su interior. Son más graciosos estos vampiros, menuda manera de contaminar los espacios naturales). Nicole giró a tiempo antes de chocarse contra ellos. La granja apareció ante nosotros en un visto y no visto.
-¡¡Es para el lado contrario!! -¡tontalava, que nos estamos metiendo en la boca del lobo zombi!
Volvió a derrapar, girando tan de repente para el lado que casi me caigo (kamikaze).
-¿¡Para dónde!?
WTF??? -¡Pues para el lado del que viniste!
-¡No sé por dónde he llegado, yo solo estaba huyendo de los zombis que me aparecían!
TONTA. Me entraron ganas de propinarle un puntapié, pero me reprimí porque eso si que habría sido un suicidio estando subidos a la moto y a más de 280 km/h (no estoy exagerando, era lo que ponía en los reguladores; menos mal que por el bosque no hay radares de velocidad. ¿Y por qué narices me pongo a pensar en tonterías como estás en los momentos de tensión?).
El pequeño fantasma nos seguía dando tumbos a través de los árboles, casi tan mareado como nosotros. Pero uno de los vampiros cercanos debió de activar uno de los frascos. Una fuerte luminiscencia salió del interior de la pequeña abertura de cristal y los tres empezamos a sentir cómo tiraban de nosotros. Una sensación extraña de estar y no estar al mismo tiempo en tu propio cuerpo. El pequeño fantasma, el más desprotegido, se resistió a la fuerza que lo succionaba arañando los troncos y haciendo surcos en la tierra. Gritando que lo rescatara; ¿y qué coño iba yo a hacer? Al final la botella lo engulló mientras seguíamos alejándonos, dudaba seriamente que volviera verlo.
El zombi de una preadolescente se abalanzó sobre la rueda de la moto y le hizo perder el control. Las tripas de la niña salieron despedida por los aires, la moto quedó tirada diecisiete metros más adelante y yo me estrellé contra un árbol. Nicole quedó tendida bocabajo en el suelo en un punto intermedio entre los tres (menuda diseminación por la puñetera niña). La mitad superior de la niña empezó a arrastrarse desde debajo de la moto hacia Nicole, quien aun no se había levantado (¡coño, que no se muera que yo no sé conducir!).
Me levanté y corrí para tomar del suelo el arma que Nicole había traído y le volé los sesos. Para quién aún no lo sepa, esa es la única manera de acabar con un zombi; aunque también puedes cortarle el cerebro en cachitos, el caso es destrozárselo.
Corrí hasta ella. Los zombis estaban empezando a llegar con sus lentos pasos. Nicole seguía viva y empezaba a erguirse.
-Nicole, en pie –la ayudé cogiéndola del cuello de la chaqueta; teníamos que movernos rápido. Un gemido se le escapó al apoyar la pierna con la que había amortiguado la caída.
-Toma, es… pa’ ti –se descolgó una carabina semiautomática de la espalda. Anda, si había traído nuevas armas; con la emoción de la huida ni me había dado cuenta, menudo fallo...
Sabía usarla, obviamente; los Seamair eran fabricantes y vendedores de armas (aunque no siempre de forma legal). La enarbolé y empecé a disparar a aquellos que teníamos más cerca. El pulso me ensordecía en los oídos. Los teníamos encima.
El fétido olor de la carne descomponiéndose lentamente se me metía hasta la boca del estómago. La adrenalina me ponía la piel de gallina; sabía que en cuanto dejara de hacerme efecto caería desfallecido.
-¿Puedes conducir?
-Creo que sí –con eso nos tendría que bastar.
Me sentía un poco como en una de esas películas de acción americanas, a balazo limpio junto a mi compañera para salvar el pescuezo mientras nuestras posibilidades iban en descenso (espero que, como en las películas, ocurra un milagro que nos saqué de esta). Puede que la entradita de Nicole hubiera ayudado a mi más que sobrexcitada mente a crear esa ilusión, pero la verdad es que nunca me había sentido tan contento de volver a ver a la Cucaracha.
Volví a agarrarla por la cintura para que pudiera andar sin bajar el arma. Y empecé a disparar. Cuando tantos muertos vivientes se te echan encima, te vuelves de gatillo fácil quieras o no y empiezas a malgastar balas. Mientras alguna acertara…
La moto pesaba más de lo que esperaba, tenía varios destrozos que no sabía si serían graves, y a Nicole el arma le temblaba mucho, ella sí que malgastaba balas. Me apresuré a intentar arreglar como fuera el tubito del aceite y que dejara de chorrear líquido (como tengamos que frenar a 280 km/h que es como va Nicole…).
Recordé de casualidad que mi tío Cristofino siempre que acababa en una situación descabellada prometía que haría cosas absurdas si lograba sobrevivir, para amenizar un poco la cosa. Por probar…:
-Creo que bailare contigo una lenta –dije montando de nuevo. Conseguí decapitarle la cabeza a otro que teníamos cerca de un disparo, pero la cabeza empezó a rodar en nuestra dirección abriendo y cerrando las mandíbulas. ¡Puag, pero qué asco me dan estos bichos! Le metí los dos últimos balazos de la pistola  de Nicole y la tiré por ahí (a ver si a alguno le acierta en la jeta).
-¿¡Qué!? –mi comentario la desconcertó en aquella situación, pero no tuvo tiempo antes de que pusiera el cañón junto a su hombro y masacrara a otro. La carabina se me encasquilló y no tuve más remedio que blandirme con la culata como maza.
Metió gas y aceleró. Tuve que hacer un pequeño caminito lanzando cuchilladas de magia que mucho efecto no hicieron. La magia afectaba principalmente al alma y por enlace aparecen los efectos en el cuerpo, pero estos bichos no tienen alma, recordad.
La moto salpicó y se zarandeó al pasar sobre los cuerpos.
Los dejamos atrás, un claro se abrió entre la tupida masa de troncos. Como un sueño; al fin…
El cielo empezó a ponerse delante de nosotros. La moto corría entre los árboles hacia las colinas con Nicole conduciendo y mis brazos enganchados como grilletes a su cintura. He leído y visto muchas películas típicas americanas (culpa de Campbell) así que sabía que hubiera sido muy romántico de no estar huyendo de muertos vivientes.

7 comentarios:

  1. Qué romantico... Dos jóvenes (Diría que los dos, pero de momento solo diré Nicole) enamorados... huyendo de una manada de Zombies devora carne.
    Decidido, yo tengo que conocer al amor de mi vida así. xD
    Y Alec es un aprovechado! Jajajaja Aunque quiero ver (leer) ese baile *O*

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  2. *apuntandoselo* Ok, llevar a Ryan hasta una manada de zombis a la salida del instituto....
    Aprovechado??? Encima que se dignara a estar pegadito al cuerpo de otro ser humano!!! XD

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  3. ¿Cómo es que ha aparecido NIcole así de pronto? ¡Qué bonito es el amor! aunque por él se comentan tales locuras como la de meterse entre un montón de zombis para salvar al chico del que estas enamorada.
    Por un lado me gustaría que Alec la correspondiera, pero por otro, no se yo, no me termina de convencer, Alec es un espiritu libre, y no le veo yo muy enganchado a otra persona, por lo menos no de momento.
    A ver que pasara en la próxima parte que lo estás poniendo todo super intrigante.
    ¿Cómo terminara la cosa? ¿y el que se hace el héroe sabe lo de Nicole y Alec? uyuyuiii.. se puede liar una parda =P

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  4. "¡tontalava, que nos estamos metiendo en la boca del lobo zombi!" el amor se respira en el mundo zombi XD

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  5. Bueno bueno, pues muy romántico que se diga... Pues no es. xDD Quizá si Alec no hubiera pensado reiteradamente en propinarle puntapiés a Nicole hubiera funcionado xD En cualquier caso es genial el momento "soy el héroe invencible de una típica película americana pero.. Espera, ¿y si me matan?" Ha sido genial :) Espero el próximo !

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  6. ¡WOW! Me encanto. Revise mis eventos de tuenti, porque tenía mi perfil abandonadito y entonces vi uno que ponía Alec y yo… (¬¬ Alec, mi nombre favorito para chico). ¡Hay que entrar! Y aquí me tienes, leyendo desde el primer capítulo de la historia. =) Todavía voy por el capítulo 10 o algo así, porque no me ha dado tiempo a más, pero igualmente estoy enganchada. Tu forma de escribir es muy buena, porque no se te hace pesado. Usas un vocabulario muy apropiado, y haces que el lector se meta por completo en la historia. ¡Te felicito!

    Espero que continúes pronto publicando. ¡Muchos besos y Muffinazos!

    PD: ¿Los dibujos que hay en el blog, son tuyos? ^^

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  7. ¡ME ENCANTA NICOLE...!
    ...pero no paara Alec.

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